MOSTIOS 30 - FOFIMANCOS 16
Pabellón Don Bosco - Pozoblanco
Quinto año de los Mostios en el oratorio y quinto año en el que nos toca enfrentarnos con el equipo del Cejudo chico en los play-offs. Podríamos decir que somos su bestia negra ya que aunque en varias ocasiones nos han derrotado en la fase regular, nunca lo han podido hacer en la postemporada. Sin duda ese era el mayor de los peligros, que nos confiasemos ante un rival que además nos tiene muchísimas ganas.
El calentamiento comenzó con la nada tranquilizadora racha de tiro de tres de Javi Alameda. El pianista del equipo se cascó tres triples seguidos... Igual que el día que perdimos con el equipo de Jorge. Parecía que había agotado el cupo de triples en el previo del partido. Pako también parecía enganchado. Titín, o el hombre que se parece a Titín (su nuevo look con pelo largo y sin barba despista mogollón), también se mostraba muy activo. En cuanto a mí, me centré en practicar los tiros cercanos al aro para no volver a caer en los mismos errores de mi partido anterior.
Juanba llegó a la hora de empezar. Casi no pudo mas que realizar un par de entradas y tres tiros de larga distancia. Estábamos mas o menos tranquilos. Todo hubiera sido perfecto si no fuera por un enorme vacío que todos percibíamos en la cancha. Faltaban Cristino y Edu Lepe. El segundo era baja confirmada, pero el primero nos había asegurado que vendría. Y si dice que viene es que viene... Pero pitaron un minuto y Cristino no asomaba por la puerta del pabellón. Los Mostios han demostrado que pueden competir en este Oratorio al máximo nivel, fuimos subcampeones en el 2013, pero esto son los play-offs y si tienes un día malo te vas para casa. Y los Mostios sin Cristino han demostrado ser en este 2016 Mucho más asequibles.
Con esa preocupación comenzó el partido. Tuve el honor de disputar el salto inicial con Marco, hermano del Víbora (Darkwin), con el que he tenido el gusto de compartir pachangas y cervezas en los Tuku Tuku en la presente temporada. El muy canalla se presentó con la antigua camiseta Mostia, la roja reversible, de su hermano. ¿Homenaje a un Mostio fundador? ¿Intento de desestabilización emocional? No lo sabemos, el caso es que le gané el salto pero con sus malas artes acabó llevándose el rebote y con ello la primera posesión.
El arranque del partido fue muy igualado, los ataques se imponían a las defensas con una pequeña diferencia que nos dió una primera ventaja en el marcador, mientras los fofimancos sumaban de uno en uno nosotros lo hacíamos de dos en dos. Nuestros primeros tres ataques fueron tres triples. Hoy sí estábamos acertados.
Juanba se encargó de tapar a Miguel Cejudo lo que dejó el peso anotador en el resto de sus compañeros. Una racha de dos tiros lejanos de Javi y dos contrataques fáciles nos permitió llegar al descanso con 3 puntos de ventaja. No estaba mal, pero haría falta un milagro para que el partido no acabara en un final agónico con un marcador mas apretado que el tanga de Falete. Y en ese momento, San Juan Bosco vestido de jugador de baloncesto cruzó los portones del Oratorio.
La aparición de Cristino en el descanso fue un golpe anímico brutal. A nosotros nos puso eufóricos, y a nuestros rivales les amedrantó de tal manera que podríamos decir que saltaron a la cancha casi sin opciones. Me recordó a la leyenda del Cid, que habiendo fallecido como resultado de unas heridas producidas en el campo de batalla, sus generales le sentaron de nuevo sobre su caballo Babieca, y lo lanzaron en una táctica deseperada, contra el ejército almorávide que sitiaba la ciudad de Valencia. El ejército norteafricano pensaba que Rodrigo Díaz de Vivar había muerto, por lo que al verlo cabalgar de nuevo al frente de sus tropas los musulmanes huyeron despavoridos.
En cualquier caso, hay que indicar, que además del efécto psicológico y todas esas polladas que os acabo de contar, Cristino llegó como un Lebron de la vida imponiendo su ley bajo los aros y ofreciendo la bola al compañero librado cuando la defensa se cerraba sobre él.
La segunda parte fue un monólogo de Cristino y un servidor. Tal vez esté mal que yo lo diga, pero Cristino ha encontrado en mí a su mejor complemento. No me lo ha dicho (aún) pero esas cosas se sienten... Hay feeling. Este año toca. Lo digo yo y bet365.
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