jueves, 28 de julio de 2016

EL MEJOR PARTIDO DE LA HISTORIA DEL ORATORIO

MOSTIOS 34 - LOS SIEMENS 31
Pista exterior Oratorio Salesiano Pozoblanco
Parciales
1ª parte: 10-10
2ª parte: 11-11
1ª prórroga: 5 - 5
2ª prórroga: 4 - 4
3ª prórroga: 4 - 1


El fantasma de las semifinales del 2014 planearon por las gradas del oratorio. Al propio Don Bosco se le vino a la mente las mismas sensaciones del Popinazo. En este caso el Toni hacía de Chorro, se tiraba sobre su defensor desde la línea de tres y pedía falta en el último segundo. Y el árbitro picó. Hasta ese momento ganábamos de dos. Una exigua ventaja que habíamos trabajado como en la batalla del Somme, metro a metro, trinchera a trinchera. Toni metió los dos tiros que esta vez nos mandaban a la prórroga de un partido que pasará a la historia de este Oratorio por su tremenda igualdad ¡y sus tres prórrogas!

Nos enfrentábamos a un equipo que nos superaba en centímetros. A pesar de retrasar el inicio del partido hasta las 22 horas Cristino no pudo llegar para el salto inicial, así que me tocó bailar con la mas fea. El Carmona me sacaba una cabeza y varios kilos de más por lo que tenía que estar muy concentrado si no quería verme superado por tamaño enemigo.

Los Siemens plantearon un big four en el que el peso del ataque giraba entorno a Toni. Nosotros tratamos de evitar que nadie pudiera acompañarle en ataque, y, sobre todo, que no nos cogieran a la contra. Nuestra estrategia ofensiva volvía a depender del acierto del perímetro. Juanba trataba de forzar entradas hacia el aro, pero no le acompañabamos en el corte, por lo que lo único que conseguía era estrellarse sobre la gran muralla china formada por Carmona y Paco.

Un par de triples y otro par de robos defensivos nos dió oxígeno para aguantar hasta la llegada de Cristino. Bueno, estoy hablando mucho de Cristino, pero el verdadero motor de nuestro equipo fue el gran Edu Lepe cuya presencia en el banquillo mantuvo el suspense entre los Siemens, puesto que no tenían a nadie que pudiera contrarrestar el juego del percusionista zascandil. Ello motivó que no realizaran ningún cambio reservando a su arma secreta para cuando Edu saltara a la pista.

Los Siemens sabían que tenían que apretarnos para sacar ventaja de los minutos en que Cristino no estuviera en pista. Movimos la bola bien en ataque y conseguimos dos triples que dejaron claro que íbamos a por el partido desde el principio. Eso no entraba en sus planes. Tampoco el hecho de que sus pivots no dominasen el rebote ofensivo, razón por lo que les costaba anotar más de lo esperado. El resultado fue un partido en el que se imponían las defensas a los ataques, donde los Siemens iban limando la diferencia poco a poco, como un barco que hace aguas muy lentamente. Nos encontrábamos con el agua al cuello cuando apareció el General Jarote y su séptimo de caballería. Cristino puso las cosas en su sitio con dos triples ¡a tablero!
Nos íbamos con ventaja al descanso pero el Toni nos metió un triple para firmar las tablas.

El segundo tiempo discurrió con la misma tónica. Toni anotaba casi en cada ataque, y nosotros encontramos a Juanba en el perímetro. Dos triples del tarugo y algunas canastas fáciles al contrataque era lo más que podíamos hacer. En estático ni siquiera Cristino podía penetrar en ese castillo que los Siemens habían construido en la zona.

Y así llegamos al inicio de esta crónica. Ganábamos de dos puntos. Podríamos haber hecho falta lejos del aro, pero Toni fue más listo. Se tiró sobre Titín que le esperaba con una postura defensiva ejemplar (brazos mirando al cielo como el protagonista de los fusilamientos del tres de mayo, invocando al Dios del baloncesto para que Toni fallase). Pero el árbitro picó y le dió dos tiros libres. Como en el 2014.

Pero no habíamos perdido. Toni metió los dos tiros y nos mandó a la prorroga. Esto no había terminado. Empezamos a lo Mostio, con un triple, pero los Siemens siguieron con la tozudez de la gota malaya golpeando nuestro aro y pronto retomaron el mando en el partido, metieron un triple y cogieron una ligera ventaja. Al borde del abismo, la defensa nos permitió respirar y empatar sobre la bocina.

La segunda prórroga comenzó con un intercambio de triples. Cogímos una ventaja de dos puntos gracias a los tiros libres concedido por las faltas del Toni, que enseguida se colocó al borde de la eliminación. A todo esto Carmona montó el tercer numerito a los árbitros sin recibir una técnica más que merecida. Un triple de Manuel Durado empató el partido de nuevo y nos mandaba al tercer tiempo extra.

A la tercera fue la vencida. Los Siemens estaban agotados y cargados de faltas. Habían jugado todo el partido con tan sólo cuatro jugadores y eso se tenía que notar. Cogimos dos puntos de ventaja y empezamos a mover la bola para que el ataque fuera más largo. No podían hacernos falta así que trataban de buscar nuestro error. Pero los errores que llegaron fueron los de sus pivots. Hasta tres bolas hicieron la corbata en unos tiros cercanos que ni Paco ni Carmona habrían perdonado si hubieran tenido algo de descanso.

Y así llegó el final del partido. Una semifinal épica que nos otorga billete para repetir la final del 2013, aquella a la que faltaron Paco y Juanba. La vida nos da una segunda oportunidad. Una vez superado el Popinazo, tan solo nos queda soñar.

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