MOSTIOS 19 - BAR JAMAICA 21
Pista exterior Oratorio Salesiano Pozoblanco
¿Qué pasa por tu mente cuando tienes que tirar un tiro libre? En realidad es algo sencillo. Tan solo tú, el aro y el balón. Sólo eso. Es el único tiro que es siempre el mismo. Por eso se suele entrenar una rutina. Adrian Dantley, miembro de los Bad Boys de Detroit Pistons, miraba la canasta, se limpiaba el sudor de una ceja, luego se limpiaba el sudor de la otra ceja, se tocaba la cara, botaba, flexionaba, amasaba con mucha paciencia el balón hasta quedar las manos colocadas exactamente donde él quería, volvía a flexionar, respiraba y por fin lanzaba. Se dice que una ocasión le pitaron la violación de exceso de tiempo en los tiros libres (en la NBA son 10 segundos). Pero el resultado era que la pelotita siempre acababa dentro, de hecho entre las cinco marcas de más tiros libres anotados en un partido tres son de Dantley con 28, 27 y 26 mientras que las dos marcas restantes son de Wilt Chamberlain y un tal Michael Jordan.
No voy a descubrir a nadie que Juanba es un gran tirador. Sus triples han dado victorias a grandes equipos y a otros más pequeños. En las tres temporadas que vistió de Tuku Tuku convirtió a un equipo comparsa (o más bien una chirigota) en uno de los animadores de la competición clasificándolo en la lucha por alcanzar los playoffs.
Pero ¿cómo se le da el tiro libre? Pues muy bien. De hecho, perdíamos de uno y le pitaron falta cuando trataba de cruzar el medio campo. Un árbitro pitó el final del partido y el otro, al mismo tiempo, señalaba con su puño en alto la concesión de un tiro libre. Todos los ojos estaban sobre él. Sólo un tiro. No hay rebote. Si no entra se acaba el partido. Con nervios de acero Juanba armó el brazo y la pelota hizo "chof". ¡Nos ibamos a la prorroga!
Tres minutos después Juanba se encontraba en la misma situación. Solo había tres diferencias: tiraba en la otra canasta (la mala), aún quedaba un segundo y tenía DOS TIROS para GANAR el partido. Es la situación soñada por cualquier jugador de baloncesto. Sin presión. Hagas lo que hagas siempre tienes la red de la siguiente prorroga. Y con dos oportunidades. Es como si te dicen que Beyoncé ha venido a la feria del pueblo y está deseando conocerte. Por eso yo me senté en el banquillo decidido a ver como ganábamos la final tranquilamente, sin aspavientos, como el que lo hace cada verano. El aro decidió que la pelota no le gustaba y escupió el primero. Miré a mi hija que estaba sentada en el banquillo y le dije, no pasa nada Claudia, estaba calculando la distancia. Juanba botó dos veces, buscó la línea de la bola para que el efecto la hiciera girar hacia la red cayendo en una parábola perfecta y letal, como las granadas en las costas de Normandia durante el día D. La esfera recauchutada se dirigía lentamente hacia el aro como en un capítulo de Campeones. La gente empezó a moverse muy despacio y hablando como una cinta de cassette atascada en un R5 (creo que se me está yendo la olla con la escritura creativa). Yo la quiero. La amo con locura. La pelota de basket significa mucho para mí. Gracias a ella he encontrado un grupo de amigos fantástico que hacen especiales los miércoles noche y los meses de julio. Pero no la puedo perdonar. La muy .... se paseó por el aro haciendo una corbatita con un precioso nudo Windsor. Si hubiera tenido brazos nos habría dedicado un contundente corte de manga con peineta incluida.
Cuarenta minutos antes de este momento la expectación era máxima. Mientras en la cancha contigua se dirimía la final de fútbol sala, los Mostios, sabedores de que Cristino no podía jugar, se confabulaban para dar lo mejor de sí en la final. La rutilante estrella jarota llegó a los Mostios con el propósito de dar un salto de calidad en esta plantilla para luchar por el título. Sin embargo, tras su estelar papel en las semis sus rodillas se inflamaron impidiéndole jugar la final. En los principales periódicos deportivos y tertulias radiofónicas han llovido críticas sobre Juanba Escribano por dilapidar los recursos económicos de los Mostios en un fichaje que se sabía que tenía esa debilidad en las rodillas. El más duro fue Tomás Roncero, que en el chiringuito se despachó a gusto diciendo: "Ayer decíais que Cristino era Cristiano, y hoy más se parece a Robben". Desde el club han dejado claro que no tienen ninguna queja con Cristino: "si hacemos una proporción entre el coste y lo que ha aportado al equipo podemos decir que Edu Lepe nos ha salido más caro". Esta alusión al percusionista zascandil pretende trasladar el debate fuera de foco, ya que si bien el jugador no ha podido ser alimeado mas que en tres o cuatro partidos, en la final fue el que tiró del carro en los primeros instantes de la primera mitad.
La gran final del Oratorio 2016 se presumía una versión mejorada de la del 2013 (http://tukutukubaloncesto.blogspot.com.es/2013/07/yo-no-mande-mis-mostios-luchar-contra.html). A pesar del revés sufrido por Cristino los Mostios llegaban en plenas facultades. El equipo que inventó el shot & run antes de que Curry fuera algo más que la especia que va detrás del cardamomo, se enfrentaba a los tricampeones consecutivos del Oratorio Salesiano de Pozoblanco. Bar Jamaica es un equipo colosal conformado por una dupla letal: Jorge López como dijo Maljkovic es un señor muy simpático, que en el calentamiento viene, te saluda y luego te mete 30 puntos; y Luis "Scola", un tipo que durante el partido parece que no está y cuando quieres darte cuenta te ha hecho un triple doble.
Sin embargo el inicio del embite no cumplía con las expectativas. Los Mostios, sin San Juan Bosco, se estrellaban una y otra vez contra el aro contrario en situaciones cada vez más inverosímiles. Tan sólo la defensa impedía que la diferencia fuera escandalosa. La defensa y Edu Lepe, que durante los primeros minutos fue el único capaz de ver aro (una canasta y un triple providenciales). El parcial se iba hasta los 3 a 10 y la final parecía acabarse prematuramente. Pero el Bar Jamaica se relajó. Coincidiendo con el descanso de Jorge Los Mostios encadenaron un par de canastas fáciles, buenas defensas y otro par de triples, recortando la diferencia hasta 4 puntos al final del primer periodo. Había partido.
La segunda mitad fue más igualada, las diferencias siempre se movieron no mas allá de los dos puntos. Pero nos fuimos cargando de faltas. Yo fui el primero en ser eliminado, una pena porque me sentía supermotivado y acababa de meter un triple. En el último minuto Luis nos hizo varios regalos en forma de fallo de tiro libre lo que nos permitió acercarnos a un punto. Después se produjo la falta en el último segundo y el tiro libre que acertó Juanba.
La prorroga fue enteramente terreno Mostio. Estabamos dando lo mejor de nosotros. Pero seguíamos cargándonos de faltas. Llegamos igualados al último minuto y nos la jugamos a dejar pasar el tiempo buscando un tiro ganador. Javi botaba el balón buscando un camino hacia el aro. La mesa empezó la cuenta atrás, diez, nueve... Nosotros la gritábamos desde el banquillo para que la pudieran oir desde la cancha... pero no hizo falta. El público, en un momento mágico, contó a coro los segundos que le quedaban al partido.
Como suele ocurrir en este juego la pelota acabó en el jugador con mayor peso en el equipo, Juanba, que casi sin tiempo lanzó un tiro de tres. Me encontraba dándole un repaso a más de cuatro generaciones de la familia Escribano por no haber buscado una opción más cercana al aro, cuando escuché el pitido del árbitro. Nos concedía falta y dos tiros. El reto ya lo sabéis. Cabreado como una mona y con el labio hinchado Juanba no se lo podía creer. Pero había que levantarse. Nada se había perdido. Estaba seguro de que Los Mostios tendrían otra oportunidad en la segunda prórroga.
Pero me equivoqué. Estábamos cargados de faltas. Sabíamos que poco a poco iríamos cayendo. Nada más comenzar el nuevo periodo extra Juanba tuvo que abandonar el partido. Al poco le siguió Javi, lo que nos dejaba en inferioridad numérica en pista. Y por último Pako. Edu y Titín aguantaron los últimos minutos como el general Custer en Murieron con las botas puestas, con el Bar Jamaica en el papel de Sioux.
El resultado: un enorme partido, con un justo campeón y un subcampeonato que sabe a gloria.
Gracias a todos los que haceis cada año de este torneo algo tan especial: deportistas, organizadores y a Kiko especialmente por su edicación. Y claro, gracias a los Salesianos por el oratorio. ¡Hasta el año que viene!
Página pública del Tuku Tuku Basket Team, el único equipo en el que no existen compañeros, tan sólo se admiten AMIGOS.
martes, 2 de agosto de 2016
jueves, 28 de julio de 2016
EL MEJOR PARTIDO DE LA HISTORIA DEL ORATORIO
MOSTIOS 34 - LOS SIEMENS 31
Pista exterior Oratorio Salesiano Pozoblanco
Parciales
1ª parte: 10-10
2ª parte: 11-11
1ª prórroga: 5 - 5
2ª prórroga: 4 - 4
3ª prórroga: 4 - 1
El fantasma de las semifinales del 2014 planearon por las gradas del oratorio. Al propio Don Bosco se le vino a la mente las mismas sensaciones del Popinazo. En este caso el Toni hacía de Chorro, se tiraba sobre su defensor desde la línea de tres y pedía falta en el último segundo. Y el árbitro picó. Hasta ese momento ganábamos de dos. Una exigua ventaja que habíamos trabajado como en la batalla del Somme, metro a metro, trinchera a trinchera. Toni metió los dos tiros que esta vez nos mandaban a la prórroga de un partido que pasará a la historia de este Oratorio por su tremenda igualdad ¡y sus tres prórrogas!
Nos enfrentábamos a un equipo que nos superaba en centímetros. A pesar de retrasar el inicio del partido hasta las 22 horas Cristino no pudo llegar para el salto inicial, así que me tocó bailar con la mas fea. El Carmona me sacaba una cabeza y varios kilos de más por lo que tenía que estar muy concentrado si no quería verme superado por tamaño enemigo.
Los Siemens plantearon un big four en el que el peso del ataque giraba entorno a Toni. Nosotros tratamos de evitar que nadie pudiera acompañarle en ataque, y, sobre todo, que no nos cogieran a la contra. Nuestra estrategia ofensiva volvía a depender del acierto del perímetro. Juanba trataba de forzar entradas hacia el aro, pero no le acompañabamos en el corte, por lo que lo único que conseguía era estrellarse sobre la gran muralla china formada por Carmona y Paco.
Un par de triples y otro par de robos defensivos nos dió oxígeno para aguantar hasta la llegada de Cristino. Bueno, estoy hablando mucho de Cristino, pero el verdadero motor de nuestro equipo fue el gran Edu Lepe cuya presencia en el banquillo mantuvo el suspense entre los Siemens, puesto que no tenían a nadie que pudiera contrarrestar el juego del percusionista zascandil. Ello motivó que no realizaran ningún cambio reservando a su arma secreta para cuando Edu saltara a la pista.
Los Siemens sabían que tenían que apretarnos para sacar ventaja de los minutos en que Cristino no estuviera en pista. Movimos la bola bien en ataque y conseguimos dos triples que dejaron claro que íbamos a por el partido desde el principio. Eso no entraba en sus planes. Tampoco el hecho de que sus pivots no dominasen el rebote ofensivo, razón por lo que les costaba anotar más de lo esperado. El resultado fue un partido en el que se imponían las defensas a los ataques, donde los Siemens iban limando la diferencia poco a poco, como un barco que hace aguas muy lentamente. Nos encontrábamos con el agua al cuello cuando apareció el General Jarote y su séptimo de caballería. Cristino puso las cosas en su sitio con dos triples ¡a tablero!
Nos íbamos con ventaja al descanso pero el Toni nos metió un triple para firmar las tablas.
El segundo tiempo discurrió con la misma tónica. Toni anotaba casi en cada ataque, y nosotros encontramos a Juanba en el perímetro. Dos triples del tarugo y algunas canastas fáciles al contrataque era lo más que podíamos hacer. En estático ni siquiera Cristino podía penetrar en ese castillo que los Siemens habían construido en la zona.
Y así llegamos al inicio de esta crónica. Ganábamos de dos puntos. Podríamos haber hecho falta lejos del aro, pero Toni fue más listo. Se tiró sobre Titín que le esperaba con una postura defensiva ejemplar (brazos mirando al cielo como el protagonista de los fusilamientos del tres de mayo, invocando al Dios del baloncesto para que Toni fallase). Pero el árbitro picó y le dió dos tiros libres. Como en el 2014.
Pero no habíamos perdido. Toni metió los dos tiros y nos mandó a la prorroga. Esto no había terminado. Empezamos a lo Mostio, con un triple, pero los Siemens siguieron con la tozudez de la gota malaya golpeando nuestro aro y pronto retomaron el mando en el partido, metieron un triple y cogieron una ligera ventaja. Al borde del abismo, la defensa nos permitió respirar y empatar sobre la bocina.
La segunda prórroga comenzó con un intercambio de triples. Cogímos una ventaja de dos puntos gracias a los tiros libres concedido por las faltas del Toni, que enseguida se colocó al borde de la eliminación. A todo esto Carmona montó el tercer numerito a los árbitros sin recibir una técnica más que merecida. Un triple de Manuel Durado empató el partido de nuevo y nos mandaba al tercer tiempo extra.
A la tercera fue la vencida. Los Siemens estaban agotados y cargados de faltas. Habían jugado todo el partido con tan sólo cuatro jugadores y eso se tenía que notar. Cogimos dos puntos de ventaja y empezamos a mover la bola para que el ataque fuera más largo. No podían hacernos falta así que trataban de buscar nuestro error. Pero los errores que llegaron fueron los de sus pivots. Hasta tres bolas hicieron la corbata en unos tiros cercanos que ni Paco ni Carmona habrían perdonado si hubieran tenido algo de descanso.
Y así llegó el final del partido. Una semifinal épica que nos otorga billete para repetir la final del 2013, aquella a la que faltaron Paco y Juanba. La vida nos da una segunda oportunidad. Una vez superado el Popinazo, tan solo nos queda soñar.
Pista exterior Oratorio Salesiano Pozoblanco
Parciales
1ª parte: 10-10
2ª parte: 11-11
1ª prórroga: 5 - 5
2ª prórroga: 4 - 4
3ª prórroga: 4 - 1
El fantasma de las semifinales del 2014 planearon por las gradas del oratorio. Al propio Don Bosco se le vino a la mente las mismas sensaciones del Popinazo. En este caso el Toni hacía de Chorro, se tiraba sobre su defensor desde la línea de tres y pedía falta en el último segundo. Y el árbitro picó. Hasta ese momento ganábamos de dos. Una exigua ventaja que habíamos trabajado como en la batalla del Somme, metro a metro, trinchera a trinchera. Toni metió los dos tiros que esta vez nos mandaban a la prórroga de un partido que pasará a la historia de este Oratorio por su tremenda igualdad ¡y sus tres prórrogas!
Nos enfrentábamos a un equipo que nos superaba en centímetros. A pesar de retrasar el inicio del partido hasta las 22 horas Cristino no pudo llegar para el salto inicial, así que me tocó bailar con la mas fea. El Carmona me sacaba una cabeza y varios kilos de más por lo que tenía que estar muy concentrado si no quería verme superado por tamaño enemigo.
Los Siemens plantearon un big four en el que el peso del ataque giraba entorno a Toni. Nosotros tratamos de evitar que nadie pudiera acompañarle en ataque, y, sobre todo, que no nos cogieran a la contra. Nuestra estrategia ofensiva volvía a depender del acierto del perímetro. Juanba trataba de forzar entradas hacia el aro, pero no le acompañabamos en el corte, por lo que lo único que conseguía era estrellarse sobre la gran muralla china formada por Carmona y Paco.
Un par de triples y otro par de robos defensivos nos dió oxígeno para aguantar hasta la llegada de Cristino. Bueno, estoy hablando mucho de Cristino, pero el verdadero motor de nuestro equipo fue el gran Edu Lepe cuya presencia en el banquillo mantuvo el suspense entre los Siemens, puesto que no tenían a nadie que pudiera contrarrestar el juego del percusionista zascandil. Ello motivó que no realizaran ningún cambio reservando a su arma secreta para cuando Edu saltara a la pista.
Los Siemens sabían que tenían que apretarnos para sacar ventaja de los minutos en que Cristino no estuviera en pista. Movimos la bola bien en ataque y conseguimos dos triples que dejaron claro que íbamos a por el partido desde el principio. Eso no entraba en sus planes. Tampoco el hecho de que sus pivots no dominasen el rebote ofensivo, razón por lo que les costaba anotar más de lo esperado. El resultado fue un partido en el que se imponían las defensas a los ataques, donde los Siemens iban limando la diferencia poco a poco, como un barco que hace aguas muy lentamente. Nos encontrábamos con el agua al cuello cuando apareció el General Jarote y su séptimo de caballería. Cristino puso las cosas en su sitio con dos triples ¡a tablero!
Nos íbamos con ventaja al descanso pero el Toni nos metió un triple para firmar las tablas.
El segundo tiempo discurrió con la misma tónica. Toni anotaba casi en cada ataque, y nosotros encontramos a Juanba en el perímetro. Dos triples del tarugo y algunas canastas fáciles al contrataque era lo más que podíamos hacer. En estático ni siquiera Cristino podía penetrar en ese castillo que los Siemens habían construido en la zona.
Y así llegamos al inicio de esta crónica. Ganábamos de dos puntos. Podríamos haber hecho falta lejos del aro, pero Toni fue más listo. Se tiró sobre Titín que le esperaba con una postura defensiva ejemplar (brazos mirando al cielo como el protagonista de los fusilamientos del tres de mayo, invocando al Dios del baloncesto para que Toni fallase). Pero el árbitro picó y le dió dos tiros libres. Como en el 2014.
Pero no habíamos perdido. Toni metió los dos tiros y nos mandó a la prorroga. Esto no había terminado. Empezamos a lo Mostio, con un triple, pero los Siemens siguieron con la tozudez de la gota malaya golpeando nuestro aro y pronto retomaron el mando en el partido, metieron un triple y cogieron una ligera ventaja. Al borde del abismo, la defensa nos permitió respirar y empatar sobre la bocina.
La segunda prórroga comenzó con un intercambio de triples. Cogímos una ventaja de dos puntos gracias a los tiros libres concedido por las faltas del Toni, que enseguida se colocó al borde de la eliminación. A todo esto Carmona montó el tercer numerito a los árbitros sin recibir una técnica más que merecida. Un triple de Manuel Durado empató el partido de nuevo y nos mandaba al tercer tiempo extra.
A la tercera fue la vencida. Los Siemens estaban agotados y cargados de faltas. Habían jugado todo el partido con tan sólo cuatro jugadores y eso se tenía que notar. Cogimos dos puntos de ventaja y empezamos a mover la bola para que el ataque fuera más largo. No podían hacernos falta así que trataban de buscar nuestro error. Pero los errores que llegaron fueron los de sus pivots. Hasta tres bolas hicieron la corbata en unos tiros cercanos que ni Paco ni Carmona habrían perdonado si hubieran tenido algo de descanso.
Y así llegó el final del partido. Una semifinal épica que nos otorga billete para repetir la final del 2013, aquella a la que faltaron Paco y Juanba. La vida nos da una segunda oportunidad. Una vez superado el Popinazo, tan solo nos queda soñar.
miércoles, 27 de julio de 2016
LOS MOSTIOS CUMPLEN 5 ORATORIOS
MOSTIOS 30 - FOFIMANCOS 16
Pabellón Don Bosco - Pozoblanco
Quinto año de los Mostios en el oratorio y quinto año en el que nos toca enfrentarnos con el equipo del Cejudo chico en los play-offs. Podríamos decir que somos su bestia negra ya que aunque en varias ocasiones nos han derrotado en la fase regular, nunca lo han podido hacer en la postemporada. Sin duda ese era el mayor de los peligros, que nos confiasemos ante un rival que además nos tiene muchísimas ganas.
El calentamiento comenzó con la nada tranquilizadora racha de tiro de tres de Javi Alameda. El pianista del equipo se cascó tres triples seguidos... Igual que el día que perdimos con el equipo de Jorge. Parecía que había agotado el cupo de triples en el previo del partido. Pako también parecía enganchado. Titín, o el hombre que se parece a Titín (su nuevo look con pelo largo y sin barba despista mogollón), también se mostraba muy activo. En cuanto a mí, me centré en practicar los tiros cercanos al aro para no volver a caer en los mismos errores de mi partido anterior.
Juanba llegó a la hora de empezar. Casi no pudo mas que realizar un par de entradas y tres tiros de larga distancia. Estábamos mas o menos tranquilos. Todo hubiera sido perfecto si no fuera por un enorme vacío que todos percibíamos en la cancha. Faltaban Cristino y Edu Lepe. El segundo era baja confirmada, pero el primero nos había asegurado que vendría. Y si dice que viene es que viene... Pero pitaron un minuto y Cristino no asomaba por la puerta del pabellón. Los Mostios han demostrado que pueden competir en este Oratorio al máximo nivel, fuimos subcampeones en el 2013, pero esto son los play-offs y si tienes un día malo te vas para casa. Y los Mostios sin Cristino han demostrado ser en este 2016 Mucho más asequibles.
Con esa preocupación comenzó el partido. Tuve el honor de disputar el salto inicial con Marco, hermano del Víbora (Darkwin), con el que he tenido el gusto de compartir pachangas y cervezas en los Tuku Tuku en la presente temporada. El muy canalla se presentó con la antigua camiseta Mostia, la roja reversible, de su hermano. ¿Homenaje a un Mostio fundador? ¿Intento de desestabilización emocional? No lo sabemos, el caso es que le gané el salto pero con sus malas artes acabó llevándose el rebote y con ello la primera posesión.
El arranque del partido fue muy igualado, los ataques se imponían a las defensas con una pequeña diferencia que nos dió una primera ventaja en el marcador, mientras los fofimancos sumaban de uno en uno nosotros lo hacíamos de dos en dos. Nuestros primeros tres ataques fueron tres triples. Hoy sí estábamos acertados.
Juanba se encargó de tapar a Miguel Cejudo lo que dejó el peso anotador en el resto de sus compañeros. Una racha de dos tiros lejanos de Javi y dos contrataques fáciles nos permitió llegar al descanso con 3 puntos de ventaja. No estaba mal, pero haría falta un milagro para que el partido no acabara en un final agónico con un marcador mas apretado que el tanga de Falete. Y en ese momento, San Juan Bosco vestido de jugador de baloncesto cruzó los portones del Oratorio.
La aparición de Cristino en el descanso fue un golpe anímico brutal. A nosotros nos puso eufóricos, y a nuestros rivales les amedrantó de tal manera que podríamos decir que saltaron a la cancha casi sin opciones. Me recordó a la leyenda del Cid, que habiendo fallecido como resultado de unas heridas producidas en el campo de batalla, sus generales le sentaron de nuevo sobre su caballo Babieca, y lo lanzaron en una táctica deseperada, contra el ejército almorávide que sitiaba la ciudad de Valencia. El ejército norteafricano pensaba que Rodrigo Díaz de Vivar había muerto, por lo que al verlo cabalgar de nuevo al frente de sus tropas los musulmanes huyeron despavoridos.
En cualquier caso, hay que indicar, que además del efécto psicológico y todas esas polladas que os acabo de contar, Cristino llegó como un Lebron de la vida imponiendo su ley bajo los aros y ofreciendo la bola al compañero librado cuando la defensa se cerraba sobre él.
La segunda parte fue un monólogo de Cristino y un servidor. Tal vez esté mal que yo lo diga, pero Cristino ha encontrado en mí a su mejor complemento. No me lo ha dicho (aún) pero esas cosas se sienten... Hay feeling. Este año toca. Lo digo yo y bet365.
Pabellón Don Bosco - Pozoblanco
Quinto año de los Mostios en el oratorio y quinto año en el que nos toca enfrentarnos con el equipo del Cejudo chico en los play-offs. Podríamos decir que somos su bestia negra ya que aunque en varias ocasiones nos han derrotado en la fase regular, nunca lo han podido hacer en la postemporada. Sin duda ese era el mayor de los peligros, que nos confiasemos ante un rival que además nos tiene muchísimas ganas.
El calentamiento comenzó con la nada tranquilizadora racha de tiro de tres de Javi Alameda. El pianista del equipo se cascó tres triples seguidos... Igual que el día que perdimos con el equipo de Jorge. Parecía que había agotado el cupo de triples en el previo del partido. Pako también parecía enganchado. Titín, o el hombre que se parece a Titín (su nuevo look con pelo largo y sin barba despista mogollón), también se mostraba muy activo. En cuanto a mí, me centré en practicar los tiros cercanos al aro para no volver a caer en los mismos errores de mi partido anterior.
Juanba llegó a la hora de empezar. Casi no pudo mas que realizar un par de entradas y tres tiros de larga distancia. Estábamos mas o menos tranquilos. Todo hubiera sido perfecto si no fuera por un enorme vacío que todos percibíamos en la cancha. Faltaban Cristino y Edu Lepe. El segundo era baja confirmada, pero el primero nos había asegurado que vendría. Y si dice que viene es que viene... Pero pitaron un minuto y Cristino no asomaba por la puerta del pabellón. Los Mostios han demostrado que pueden competir en este Oratorio al máximo nivel, fuimos subcampeones en el 2013, pero esto son los play-offs y si tienes un día malo te vas para casa. Y los Mostios sin Cristino han demostrado ser en este 2016 Mucho más asequibles.
Con esa preocupación comenzó el partido. Tuve el honor de disputar el salto inicial con Marco, hermano del Víbora (Darkwin), con el que he tenido el gusto de compartir pachangas y cervezas en los Tuku Tuku en la presente temporada. El muy canalla se presentó con la antigua camiseta Mostia, la roja reversible, de su hermano. ¿Homenaje a un Mostio fundador? ¿Intento de desestabilización emocional? No lo sabemos, el caso es que le gané el salto pero con sus malas artes acabó llevándose el rebote y con ello la primera posesión.
El arranque del partido fue muy igualado, los ataques se imponían a las defensas con una pequeña diferencia que nos dió una primera ventaja en el marcador, mientras los fofimancos sumaban de uno en uno nosotros lo hacíamos de dos en dos. Nuestros primeros tres ataques fueron tres triples. Hoy sí estábamos acertados.
Juanba se encargó de tapar a Miguel Cejudo lo que dejó el peso anotador en el resto de sus compañeros. Una racha de dos tiros lejanos de Javi y dos contrataques fáciles nos permitió llegar al descanso con 3 puntos de ventaja. No estaba mal, pero haría falta un milagro para que el partido no acabara en un final agónico con un marcador mas apretado que el tanga de Falete. Y en ese momento, San Juan Bosco vestido de jugador de baloncesto cruzó los portones del Oratorio.
La aparición de Cristino en el descanso fue un golpe anímico brutal. A nosotros nos puso eufóricos, y a nuestros rivales les amedrantó de tal manera que podríamos decir que saltaron a la cancha casi sin opciones. Me recordó a la leyenda del Cid, que habiendo fallecido como resultado de unas heridas producidas en el campo de batalla, sus generales le sentaron de nuevo sobre su caballo Babieca, y lo lanzaron en una táctica deseperada, contra el ejército almorávide que sitiaba la ciudad de Valencia. El ejército norteafricano pensaba que Rodrigo Díaz de Vivar había muerto, por lo que al verlo cabalgar de nuevo al frente de sus tropas los musulmanes huyeron despavoridos.
En cualquier caso, hay que indicar, que además del efécto psicológico y todas esas polladas que os acabo de contar, Cristino llegó como un Lebron de la vida imponiendo su ley bajo los aros y ofreciendo la bola al compañero librado cuando la defensa se cerraba sobre él.
La segunda parte fue un monólogo de Cristino y un servidor. Tal vez esté mal que yo lo diga, pero Cristino ha encontrado en mí a su mejor complemento. No me lo ha dicho (aún) pero esas cosas se sienten... Hay feeling. Este año toca. Lo digo yo y bet365.
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